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Los plásticos, entre creencias y conceptos erróneos

Los plásticos, entre creencias y conceptos erróneos

Desde su invención hace más de un siglo, los plásticos han revolucionado nuestra forma de vida.

Este material ha desempeñado, y sigue haciéndolo, un papel fundamental en la mejora de nuestra calidad de vida; sin embargo, ¡circulan tantas ideas erróneas cuando se habla de él!

A lo largo del tiempo, se ha dicho todo y su contrario sobre los plásticos: se han celebrado, ensalzado, explotado y luego se han llegado a considerar como una de las principales causas de los problemas de nuestro planeta, pero ¿cómo son las cosas realmente? Se trata de un tema delicado y controvertido pero, lo que es seguro, es que los plásticos son un recurso valioso si se utilizan de forma responsable.

Por suerte, en los últimos años, la conciencia de las empresas fabricantes y de los consumidores sobre el impacto medioambiental de los plásticos ha cambiado, y sigue haciéndolo; esto ha desencadenado nuevos procesos en los que todos estamos implicados como la reducción, la reutilización y el reciclaje. Aunque hemos aprendido que si se procesan adecuadamente y se reciclan con la mayor frecuencia posible después de su uso, los plásticos resultan ser un material sostenible para nuestro planeta, todavía existen creencias erróneas o medias verdades sobre ellos.

Por supuesto, los plásticos como el PET, el HDPE, el LDPE, el PVC, el PP, el PS y muchos otros, para ser más sostenibles, no deben ser desechados en el medio ambiente, y deben incluirse dentro de un proceso de reciclaje circular. Al hacerlo, se convierten en un recurso con múltiples vidas, y permiten que todos sigan beneficiándose de sus funcionalidades y peculiaridades, que pueden aplicarse a innumerables áreas y que difícilmente pueden ser sustituidas por otros materiales.

De hecho, los plásticos siguen siendo un material «clave» para muchas áreas, para las cuales, otras alternativas no serían tan prácticas y funcionales. Por lo tanto, los plásticos no deben ser demonizados, al contrario, son un material útil y transversal que, como otros, debe ser considerado sin prejuicios en todo su ciclo de vida.

Para proceder a una mejora en los pasos de recogida y posterior reciclaje de este material, es sin duda necesario abandonar la senda del «reciclaje como actividad secundaria y marginal», e introducirlo en los ciclos industriales, así como en plantas eficientes de valorización energética: procesos fundamentales para minimizar la eliminación en vertedero.

Una vez superadas estas barreras, el paso clave es, sin duda, invertir en investigación para apoyar las aplicaciones de los productos reciclados, para que la recuperación de energía sea cada vez más segura y eficiente, y para implantar metodologías de reciclaje tanto mecánicas como químicas.

Igualmente importante es el papel de los consumidores, que deben ser cada vez más conscientes, no sólo de los riesgos de los plásticos, que, si no se reciclan, acaban contaminando el planeta, sino también de las cualidades y el potencial de este material y de los envases producidos con él. Se trata de un reto universal y es justo que todos pongan de su parte.